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30 de enero, 40º aniversario del Domingo Sangriento


Hoy, 30 de enero de 2012, se cumplen 40 años de aquel funesto día en la ciudad de Derry. Esa tarde se había convocado una manifestación pacífica para protestar contra el ‘internment’, una ley que permitía encarcelar sin juicio previo a los sospechosos de pertener al IRA, una ley que se empleaba indiscriminadamente contra la población católica. Más de 15.000 personas acudieron a la convocatoria. Un pequeño grupo de los manifestantes, apartado del grueso de la manifestación, comenzó a lanzar piedras contra los soldados británicos, quienes respondieron con gases, pelotas de goma y agua a presión. Pero el Primer Batallón de Paracaidistas abrió fuego contra la marcha en respuesta a supuestos disparos de algunos radicales. 13 personas murieron ese día y una más algunos meses después como consecuencia de las heridas, 6 de ellos menores de edad. Más de 30 personas resultaron heridas.

En los días siguientes se produjeron graves incidentes en todo el mundo en protesta por lo ocurrido: la embajada británica en Dublín fue incendiada,en Belfast se produjeron atentados con bomba por parte del IRA. Manifestaciones en Milán, atentados en Berlín Occidental. Incluso en Nueva York se registraron amenazas a los establecimientos comerciales británicos, con disturbios frente al Consulado de Boston. Al día siguiente de los hechos, la diputada independiente Bernadette Devlin, presente en la manifestación, abofeteó al Ministro del Interior británico, Reginald Maulding, increpándole: «ayer me disparó su ejército», «hipócrita asesino». Unas 15.000 personas asistieron a los funerales por las víctimas. En el ámbito internacional, existió el temor de que el incidente significara el estallido de una guerra entre Irlanda y el Reino Unido, justo cuando ambos países ingresarían ese mismo año a la Comunidad Económica Europea, aunque al final ni siquiera se rompieron las relaciones diplomáticas entre ambos países.

El primer ministro británico, Edward Heath, encargó una investigación inmediata tras los incidentes al Presidente del Tribunal Supremo, Lord Widgery. Dicha investigación fue presentada en menos de tres meses, y sus conclusiones exoneraban a los soldados que habían participado en la matanza, al entender que actuaban en defensa propia. No se demostró que ninguna de las víctimas, u otros manifestantes, fueran armados pero sí que algunos de ellos habían sido tiroteados y asesinados por la espalda.

Aunque el recrudecimiento de las actividades del IRA contra el gobierno británico había empezado tres años antes del Domingo Sangriento, la organización todavía era débil y pequeña; de hecho, graffitis en muchas lugares antes del día fatídico afimaban que IRA significaba I Ran Away (Yo huí), aludiendo claramente a la inactividad y supuesta falta de valentía que demostraba en dicha época. De cualquier manera, el Domingo Sangriento provocó una oleada de apoyo al IRA, aumentando sensiblemente el número de reclutamientos de la banda. Los disturbios que siguieron a esta jornada llevaron a la suspensión de la Asamblea de Irlanda del Norte y la imposición del gobierno directo desde Londres (Direct Rule).

Ante las dudas no resueltas durante veinte años, en 1998 el entonces primer ministro británico Tony Blair encargó una «nueva investigación judicial completa».

El 15 de junio de 2010, el recientemente elegido Primer Ministro, David Cameron, hizo público el resultado de la investigacion. Las conclusiones fueron que los fallecidos iban desarmados y que fueron los soldados britanicos quienes dispararon, siguiendo ordenes que no deberian haber sido dadas.

Fuente: Wikipedia

Aún quedan cosas por hacer


Copio el artículo aparecido en la edición digital del diario La Razón.

Las escuelas en Irlanda pueden ser un lugar hostil para las personas homosexuales, en particular las salas de profesores. Maestros o profesores gay, lesbianas o bisexuales en muchas escuelas irlandesas -aún dominadas por la Iglesia Católica- se arriesgan a ser discriminados o incluso despedidos si revelan su inclinación sexual debido a una ley que permite a los empleadores religiosos penalizar a trabajadores por acciones que socaven su estatus religioso.

«Cuando uno está en el sistema escolar, queda atrapado en los valores de la escuela, atrapado en el silencio», dijo Leo Kilroy, de 34 años, quien solía enseñar en una escuela primaria católica en Dublín. «Uno sabe que si se declara gay o lesbiana podría sufrir discriminación», añadió.

La Iglesia ya no goza de su dominante posición gracias a la creciente prosperidad, el ingreso a la Unión Europea, el cambio de la vida rural por la urbana y ola tras ola de escándalos de abuso sexual. La reciente decisión de Irlanda de cerrar su embajada en el Vaticano llevó las relaciones entre ambos estados a un mínimo histórico.

Pero la influencia de la Iglesia es aún profunda en dos áreas clave: escuela y ley familiar, reguladas por una Constitución que aún carga con el legado del pasado católico del país.

Más de 9 de cada 10 escuelas primarias y la mitad de las escuelas secundarias son dirigidas por la Iglesia. Las juntas directivas están normalmente encabezadas por un sacerdote y, aunque el Estado paga el salario de maestros y profesores, la Iglesia aún tiene el poder de decisión en cuanto a contratos.

Kilroy declaró su homosexualidad casi cerca de sus 30 años tras dejar su trabajo en la escuela. Ahora dicta clase a profesores y es tesorero de un grupo que representa a maestros gay, lesbianas y bisexuales de escuela primaria. Tiene 45 miembros de un sector con un estimado de 31.000 trabajadores.

«Una de las razones por las que yo fui más libre para declarar mi homosexualidad fue que estaba ya fuera del sistema escolar. Una persona gay o lesbiana en una sala de profesores tiene que autocensurarse», comentó.

CAMBIO DE ACTITUD

Hasta 1993, era un crimen cometer un acto homosexual en Irlanda, el sexo anal podía significar prisión perpetua.

Ante eso, la mayoría de las personas optaba por esconder su sexualidad. Los desfiles del orgullo gay en Dublín en la década de 1980 atraían a apenas unos cientos y a los fanáticos que se burlaban a los gritos sobre el sida.

La actitud cambió dramáticamente desde entonces. Este año, el desfile convocó a 25.000 personas, la segunda procesión más grande en el país luego de la celebración de Día de San Patricio.

Las encuestas han mostrado que la mayoría del público está a favor del matrimonio de personas de ambos sexos, incluidos católicos practicantes.

«El Señor los hizo de esa manera. Deberían tener los mismos derechos», dijo Ita Phelan, una mujer de 91 años, cuando se dirigía a la misa dominical en la principal iglesia católica de Dublín.

Pero en muchos salones de clase, donde una media hora de enseñanza religiosa y un crucifijo en la pared es la norma, poco ha cambiado.

UNA REVOLUCION SILENCIOSA

Actualmente, los adolescentes se siente más seguros sobre declarar su homosexualidad. La mayoría de los llamados al grupo de servicios juveniles BeLong To, con sede en Dublín, pertenecen a adolescentes de entre 14 y 15 años, comparados con los 19 y 20 años de quienes se comunicaban casi nueve años atrás cuando se estableció la organización.

«Está sucediendo una revolución silenciosa. La cifra de jóvenes que acuden a BeLong To se ha más que duplicado cada año en los últimos tres. Es bastante fenomenal», dijo Michael Barron, cofundador del grupo.

Más de 2.500 personas se unieron a la organización este año y decenas de miles se contactaron vía correo electrónico.

Barron trabaja con escuelas para concienciar a las personas sobre temas de sexualidad y para hacer campaña contra el acoso homofóbico, que describe como un enorme problema.

La actitud de las juntas directivas de las escuelas y de los directores, que en mayor parte ya no son monjas o sacerdotes, es clave.

«El sistema educativo tiene ese legado católico y en algunos casos es más que un legado, es cómo se enseña todavía», comentó Barron.

«Conocemos a profesores gay que no lo han dicho en las escuelas. Es un problema. Esos profesores podrían ser modelos vitales para los jóvenes, particularmente para una persona que está luchando, que piensa que es la única persona gay o transexual en el mundo», agregó.

Vídeo de la campaña:

AMOR PERO NO MATRIMONIO

Para Feargha Ni Bhroin ser lesbiana no es un problema en la escuela vocacional no religiosa en la que enseña. El problema es en casa.

Ni Bhroin y su compañera, Linda Cullen, se encuentran en un limbo legal desde que se convirtieron en madres de mellizas.

Bajo la ley irlandesa, Cullen no tiene ninguna relación con sus hijas porque no es la madre biológica. No puede adoptarlas o ser su tutor y no figura en la partida de nacimiento de las niñas.

«Si nos separamos no tendré derechos, y ellas no tendrán derechos sobre mi, por lo que no voy a tener que pagar manutención o nada si no quisiera», dijo Cullen, originaria de Dublín y que dirige una productora de televisión.

La legislación aprobada el año pasado le da a las parejas del mismo sexo que se registren como pareja civil los mismos derechos financieros que un matrimonio heterosexual, pero no una igualdad total.

Ello significa que los niños de parejas del mismo sexo, incluso aquellos de las parejas civiles, no están protegidos por la ley.

«Las niñas saben que soy su madre. Pero la ley no», dijo Cullen

La polémica Sinéad O’Connor


A raíz de la batalla que se ha desatado entre el Gobierno de Irlanda y el Vaticano, ha venido a mi cabeza Sinéad O’Connor, una adelantada en su tiempo, que fue una de las primeras voces irlandesas reconocidas en alzarse contra la iglesia de Roma. Traigo hoy la actuación que más polémica originó y por la que fue crucificada. La llevó a cabo el 3 de octubre de 1992 en el programa estadounidense Saturday Night Live. Allí entonó a capella una canción de Bob Marley, cambiando la palabra ‘racismo’ por ‘abuso infantil’ y algo más que ocurre al final. KLo que no se suele decir es que a finales de los 90 fue ordenada sacerdotisa por un obispo de cismático de un grupo independiente de la iglesia católica. «Mi misión eslvar a Dios de la religión», dijo en cierta ocasión.

Os dejo el vídeo y os traduzco la letra, aunque es mejor verlo, se entiende muy bien el inglés y hay que captar todos los detalles de su voz y su rostro.

Hasta que lo filosofía, que considera a una raza superior y a otra inferior, sea final y permanentemente desacreditada y abandonada, hay GUERRA por todos lados.

Hasta que ya no haya ciudadanos de primera o segunda en ninguna nación, hasta que el color de la piel de un hombre no tenga mayor relevancia que el color de sus ojos, tengo que decir GUERRA.

Hasta que se garanticen por igual los derechos humanos básicos a todas las personas, sin importar la raza, yo digo GUERRA.

Hasta ese día, el sueño de una paz duradera, la ciudadanía mundial y la ley
de la moral universal seguirán siendo una ilusión en el aire a la que perseguir sin obtener. Y la GUERRA nos rodea por doquier.

Hasta que el régimen innoble e infeliz que domina todo nuestro ser merced a los abusos infantiles, sí, abusos infantiles, hasta que la la esclavitud inhumana se haya venido abajo, completamente destruida, en todas partes hay GUERRA. La guerra en el este, en el oeste, guerra en el norte y en el sur, hay guerra y rumores de guerra. Hasta ese día no hay continente que conozca la paz.

Niños, niños, ¡luchad! Es necesario. Sabemos que ganaremos, confiamos en la victoria del bien sobre el mal.

¡Luchad contra el verdadero enemigo!

El informe Cloyne: consecuencias


Estaba leyendo algunas noticias sobre la actualidad en Irlanda y he leido con interés este artículo que aparece en la web www.lainformacion.com  Lo reproduzco textualmente con algunos pensamientos que me iban viniendo a la mente según avanzaba (lo pongo entre corchetes y en otro color para dejar claro que son mis palabras)

Los irlandeses levantan la cabeza ante el Vaticano

La decisión del Vaticano el pasado lunes de “llamar a consulta” a su nuncio en Irlanda (una frase que se suele utilizar en la diplomacia para demostrar un deterioro en las relaciones bilaterales) no está siendo interpretada por el Gobierno irlandés como un acto hostil. Sin embargo, este paso poco habitual sí marca un punto bajo en las relaciones entre Roma y uno de los países tradicionalmente más católicos de Europa. [¿Acto hostil? Y si lo es, ¿qué pasa? Después de las atrocidades que han llevado a cabo algunos religiosos irlandeses, seguro que una minoría, pero que ha hecho un gran daño, no solo a los niños y niñas, sino a todo un país y al buen trabajo que, a ciencia cierta, desempañarán otros religosos, decía que después de semejantes barbaridades, ¿tiene el Vaticano el más mínimo derecho a ‘enfadarse’ por unas palabras?]

La llamada del nuncio se produjo poco después de un discurso demoledor del primer ministro Enda Kenny en el Parlamento de Irlanda el 21 de julio, en el que criticó la “disfunción, desconexión, elitismo… el narcisismo que domina la cultura del Vaticano actualmente”. [¿Alguien lo duda? El Vaticano se cree el centro del mundo, no se erigen ya éxclusivamente en la fuente de la que emana toda ética y moral aceptable, sino que consideran que políticamente tienen mucho que aportar]. El primer ministro respondía así al último informe negativo sobre el abuso de sacerdotes a niños en Irlanda, una investigación hecha en la diócesis de Cloyne que concluye que la Iglesia católica todavía no se muestra proactiva en el manejo de los problemas de abusos en la república. [Ni proactiva ni reactiva, únicamente saben esconder su mierda debajo de la alfombra]. El discurso de Kenny ha tenido un fuerte impacto, al provenir de un hombre de clase media, católico practicante del oeste de Irlanda, el tipo de persona que durante décadas ha sido la base de la Iglesia en la isla. [El prototipo que hasta ahora agachaba las orejas y creía a pies juntillas lo que se predicaba desde el púlpito, ignorando lo que pasaba en la sacristía, en el backstage. Porque de igual manera que antes he dicho que habrá religiosos que cumplen su misión, que se esfuerzan, que son un apoyo, que son buen gente… ¿ninguno se ha atrevido a alzar la voz o es que ignoraban lo que ocurría? No me creo lo último, lo siento]

La Iglesia católica ha sido además un sostén del poder político en Irlanda. Este es el país en el que el antiguo líder del Partido Laborista Brendan Corish declaró en 1968 que era primero católico y después irlandés, y que aceptaría sin reservas “la dirección de la Jerarquía respecto a la enseñanza social católica”. [Qué pena]

Irlanda fue descrita una vez por el Papa Pablo VI como “el país más católico en el mundo”. Pero eso no impide que la actual coalición de gobierno del Fine Gael y los Laboristas esté preparando una ley de protección a los menores que podría exigir a los sacerdotes revelar secretos de confesión de los pedófilos a las autoridades. [El secreto de confesión, que tan bien fue retratado por Hitchcock en «Yo confieso» proviene de algo que yo eliminaría, como es la confesión. Suponiendo que exista Dios, no creo que sea necesario un intermediario que interceda entre el de arriba y el ‘pecador’, más bien lo veo como algo que servía en su tiempo para controlar al pueblo.]

Tras su intervención, Kenny se ha visto desbordado por mensajes de apoyo de personas y sacerdotes de todo el país, incluyendo al progresista arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin. [Lo llevas claro, Diarmuid]  El efecto sobre la opinión pública ha sido parecido al de encender un fuego que ha estado en ascuas durante años, avivado con informes e informes sobre abusos sacerdotales y encubrimientos. Pocas voces se han alzado contra la conclusión de Kenny de que “la violación y tortura de niños fue minimizada o gestionada para sostener la primacía de la institución, su poder, posición y ‘reputación’”, o que el Vaticano analizó las historias de las víctimas “con el ojo penetrante de un abogado canónico”  [El Vaticano es un nido de víboras, ni más ni menos. Lo que daría por poner cámaras y micrófonos ocultos en despachos y habitaciones]

Kenny logró otro punto entre los votantes cuando acusó al Vaticano de intentar “frustrar una investigación en una república democrática soberana”. A Irlanda le escuece haber perdido soberanía frente al Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo para cumplir los términos del rescate financiero de 2010. (Rememorando el eslogan de antes de la independencia “Una nación de nuevo”, el Sunday Business Post publicó la semana pasada un artículo de Tom McGurk sobre la pérdida de independencia económica titulado “Una provincia de nuevo”).

El discurso de Kenny supuso la declaración de que Irlanda no va a tolerar ninguna interferencia en su independencia por parte de otra poderosa institución mundial, el Vaticano. En cierto modo, sirvió para restaurar cierto sentido de dignidad nacional. [Tiene que ir más allá, no puede verse solo como ‘dignidad nacional’ sino como dignidad personal, de todos y cada uno de los miles de menores que han sufrido todo tipo de abusos desde hace siglos]. El Informe Cloyne, dijo el primer ministro, ha expuesto por primera vez “un intento de la Santa Sede para frustrar una investigación en una república democrática soberana…”. Quienes han sufrido abusos deben de saber que pertenecen a una nación en donde la ley “siempre estará por encima de las leyes canónicas, que no tienen ni legitimidad ni lugar en los asuntos de este país”. [Las leyes canónicas que las apliquen para sus asuntos internos. Y punto. Cuando infrinjan una ley mundana, que se les aplique el mismo castigo que a cualquier otro ciudadano, que es lo que son.]

En palabras del historiador Dermot Keogh, Kenny ha marcado un hito al dejar saber al Vaticano que sólo hay un Gobierno y una ley en la República de Irlanda. Después de que Roma anunciase que el nuncio papal, el arzobispo Giuseppe Leanza, era llamado a consulta, el portavoz del gobierno irlandés comentó que el primer ministro “dijo lo que quería decir. Esta pelota está firmemente en el tejado del Vaticano”.

La reacción del Vaticano a la polémica ha sido fría. Monseñor Gianfranco Girotti, número dos de la Penitenciaría Apostólica, declaró que la propuesta de exigir a los sacerdotes que rompan el secreto de confesión para denunciar abusos contra niños es “absurda e inadmisible”. Según declaró al periódico ultraconservador Il Foglio, “Irlanda puede aprobar las leyes que quiera, pero debe de entender que la Iglesia nunca aceptará la obligación de que un confesor informe a las autoridades civiles”.[Vamos a ver, incluso aceptando que no rompiesen el secreto de confesión, ¿nadie sabía nada, nadie sospechaba nada? Es más, ¿por qué se pone todo tipo de obstáculos, por qué se esconden los hechos, por qué tantas trabas a la investigación? Señores, esto ya no trata del secreto de confesión, esto trata de esconder la mierda, ni más ni menos].

El vice portavoz del Vaticano, Ciro Benedettini, expresó la “sorpresa y decepción” de la Santa Sede por algunas “reacciones excesivas” al Informe Cloyne [Sinvergüenzas, ¿reacciones excesivas? Yo sí que reaccionaría de manera excesiva: a los culpables los empalaba]. Al mismo tiempo, reconoció que la llamada del nuncio refleja la seriedad de la situación y el deseo del Vaticano de encararla con objetividad y determinación. [Permítaseme una sonora carcajada. señores hipócritas]

El ataque a las autoridades católicas por parte de Kenny preocupa a muchos sacerdotes en Irlanda, que están sufriendo por causa de los delitos de sus colegas, según explica el padre Vincent Twomey, profesor emérito de Teología Moral en el St Patrick’s College de Maynooth. “Tenemos una envejecida fuerza sacerdotal, estirada hasta el límite por culpa de la falta de vocación, intentando consolar a los afligidos, instruir a los jóvenes, enterrar a los muertos…”, escribía recientemente en The Irish Times. [Yo tengo la solución: acabad con el celibato, borrad el voto de obediencia, o más bien, de sumisión total, abrid la Iglesia al mundo, pero de verdad, dejad de ser fariseos. Pero no, es mejor vivir como hasta ahora. Y repito, lo siento por los religiosos que viven de verdad su vocación, pero la organización mafiosa que es el Vaticano engulle todo lo que toca. Aplicaos las palabras de un tal Jesús: «Dejadlo todo y seguidme, sin miedo, porque yo soy el camino, la verdad y la vida.» si el mensaje es de aplicación, lástima que el hombre lo corrompa todo].

Abusos de la Iglesia en Irlanda


Ríos de tinta están corriendo en relación al Informe Cloyne,  de reciente publicación, en el que se estudian los abusos de que fueron objeto  varios menores en la diócesis de Cloyne. No es la  primera vez que una comisión oficial publica un informe que recoge los abusos  de todo tipo que han ido sufriendo niños y niñas de Irlanda durante los siglos  XX y XXI. En esta entrada voy a hablar de los dos más importantes, por  llamarlos de alguna forma, los dos informes oficiales (elaborados por comisiones designadas por el Dáil): CICA y Cloyne

CICA (Commission  to Inquire Into Child Abuse – Comisión para la Investigación de Abusos a Menores)

Esta comisión comenzó su andadura en 2000 y el informe se  publicó el 20 de mayo de 2009, un informe conocido como el Informe Ryan, por el  nombre del presidente de la comisión que lo elaboró tras la correspondiente  investigación, el juez Séan Ryan. A esta comisión se le encomendó investigar cualquier  tipo de abuso a menores que se hubiese producido en instituciones para el  cuidado de la infancia. La mayoría de las investigaciones se circunscribió a  sesenta ‘Escuelas Reformatorio y de Oficios” que regían diferentes órdenes católicas,  financiadas y supervisadas por el Departamento de Educación.

La historia de estas instituciones se remonta al siglo XIX. En  actas del parlamento británico de 1858 se recoge la creación de Escuelas  Reformatorio para menores de edad que cometiesen algún tipo de delito y en  actas de 1868, la creación de Escuelas de Oficio para huérfanos o indigentes. La iglesia católica quería formar parte de estas instituciones siempre que los  menores perteneciesen a familias de su religión, por lo que fueron poco a poco  copando la regencia de las mismas, con fondos del estado.

En 1908 se aprobó una ley que regulase los castigos  corporales en dichas instituciones. Todo siguió igual. Hubo otros intentos de  revisión en 1936 o en 1941, con el mismo éxito, nulo.

En la década de 1960, con Irlanda llamando a las puertas de la Unión Europea, el sistema  educativo se revisó por completo, lo que propició que poco a poco, a partir de
1969, se fuesen cerrando estas instituciones, si bien ni el estado, ni la  iglesia católica ni los servicios sociales sabían a ciencia cierta qué estaba ocurriendo.

Y llegó la década de 1990. Sigue leyendo