Las islas Blasket, situadas en la costa oeste del condado de Kerry, han estado habitadas desde tiempos inmmemoriales hasta 1953, año en el que el gobierno decidió que era insostenible seguir residiendo en la última de ellas que seguía habitada, la Gran Blasket y que no podían garantizar la seguridad ni los servicios básicos de sus 22 habitantes. En guías, páginas webs, reportajes se puede leer este dato: las islas Blasket están deshabitadas. ¿O no?
Sue Redican, una galesa de 50 años, reside en la Gran Blasket, de abril a octubre, todos los años desde hace 23. Trabaja tejiendo y vendiendo sus productos a los turistas que desembarcan en ‘su’ isla. Tiñe la lana empleando materiales naturales, plantas, flores… No dispone de electricidad ni de línea telefónica. Vive en su cottage, con un móvil, una cocina de gas y una lámpara. Y tan ricamente, más feliz que una perdiz.
Claro que tiene sus inconvenientes, como el accidente que sufrió hace un año, cuando regresaba de visitar a alguno de los otros habitantes de temporada de la isla. Un mal paso y se rompió el tobillo, teniendo que ingeniárselas para llegar a su morada a rastras y avisar a la guardia costera de Valentia, que luchó durante 10 horas desde que recibió la llamada a las 3.40 am hasta que consiguieron alcanzar el cottage de Sue.
Sue disfruta de su estancia en la isla y la abandona cada octubre con tristeza, soñando ya con alcanzar el siguiente mes de abril. ¡Qué envidia, Sue!