Archivo mensual: diciembre 2006

Feliz Navidad


Provincias y condados


Durante el último período celta y los primeros tiempos históricos Irlanda fue dividida en provincias, sustituyendo el sistema anterior, basado en los tuatha (clanes).

Las cuatro provincias históricas son:

  •        Connaught
  •        
  •        Leinster
  •        
  •        Munster
  •       
  •        Ulster

    Al principio hubo cinco provincias, pero con el paso del tiempo la más pequeña, Meath, fue absorbida por Leinster. Durante la edad dorada de Irlanda, las provincias eran poco más que reinos vagamente federados con fronteras bastante flexibles. En tiempos modernos, las provincias se asocian a condados específicos.

Las provincias fueron sustituidas por el sistema actual de los condados tras la ocupación normanda en el siglo XII. En irlandés, el término para «provincia» es, «cúige«, que significa «quinto», reflejando la división original.

Las provincias actuales son las siguientes (condado – capital):

gle: Contae Bhaile Átha Cliath / eng: Dublin County gle: Baile Átha Cliath / eng: Dublin
gle: Contae an Chabháin / eng: Cavan County gle: an Cabhán / eng: Cavan
gle: Contae Cheatharlach / eng: Carlow County gle: Ceatharlach / eng: Carlow
gle: Contae Chiarraí / eng: Kerry County gle: Trá Lí / eng: Tralee
gle: Contae Chill Chainnigh / eng: Kilkenny County gle: Cill Chainnigh / eng: Kilkenny
gle: Contae Chill Dara / eng: Kildare County gle: an Nás / eng: Naas
gle: Contae Chill Mhantáin / eng: Wicklow County gle: Cill Mhantáin / eng: Wicklow
gle: Contae an Chláir / eng: Clare County gle: Inis / eng: Ennis
gle: Contae Chorcai / eng: Cork County gle: Corcaigh / eng: Cork
gle: Contae Dhún na nGall / eng: Donegal County gle: Leifear / eng: Lifford
gle: Contae na Gaillimhe / eng: Galway County gle: Gaillimh / eng: Galway
gle: Contae na hIarmhí / eng: Westmeath County gle: an Muileann gCearr / eng: Mullingar
gle: Contae Laoise / eng: Laois County gle: Port Laoise / eng: Port Laoise
gle: Contae Liatroma / eng: Leitrim County gle: Cora Droma Rúisc / eng: Carrick-on-Shannon
gle: Contae Loch Garman / eng: Wexford County gle: Loch Garman / eng: Wexford
gle: Contae an Longfoirt / eng: Longford County gle: Longfort / eng: Longford
gle: Contae Lú / eng: Louth County gle: Dún Dealgan / eng: Dundalk
gle: Contae Luimnigh / eng: Limerick County gle: Luimneach / eng: Limerick
gle: Contae Mhaigh Eo / eng: Mayo County gle: Caisleán an Bharraigh / eng: Castlebar
gle: Contae na Mí / eng: Meath County gle: Áth Troim / eng: Trim
gle: Contae Mhuineacháin / eng: Monaghan County gle: Muineachán / eng: Monaghan
gle: Contae Phort Láirge / eng: Waterford County gle: Port Láirge / eng: Waterford
gle: Contae Ros Comáin / eng: Roscommon County gle: Ros Comáin / eng: Roscommon
gle: Contae Shligigh / eng: Sligo County gle: Sligeach / eng: Sligo
gle: Contae Thiobraid Árann / eng: Tipperary County gle: Cluain Meala / eng: Clonmel
gle: Contae Uíbh Fhailí / eng: Offaly gle: Tulach Mhór / eng: Tullamore

Breve historia de Irlanda


Irlanda o Eire está habitada desde el año 9.000 a.C. De estas tribus quedan restos como megalitos, dólmenes y vestigios de la extracción minera de cobre y oro.

A partir del siglo IV a.C los celtas o gaélicos procedentes de Europa del este llegaron a la isla. Constituyeron una población unida por una misma lengua y una misma cultura, pero fragmentada en una multitud de pequeños reinos siempre en guerra los unos con los otros. Los romanos no conquistaron Eire, lo que contribuyó a la permanencia de la cultura celta.

Ya en el siglo V de nuestra era, San Patricio, patrón de Irlanda, concluyó la evangelización de la isla y proliferaron los monasterios como Armagh, Iona y Kildare, centros de conocimiento muy influyentes a los que acudían sabios ilustres del continente.

Hacia el año 800 se produjeron las invasiones vikingas. Este pueblo fundó Dublín y se estableció en sus alrededores, desde donde sembraron el terror hasta que en el 1014 el rey de Irlanda, Brian Boru, los derrotó en la batalla de Clontarf.

En el siglo XII los anglo-normandos, al mando de Enrique II de Inglaterra, ocuparon Dublín y toda la región circundante y los grandes señores feudales se repartieron los territorios del este y del centro de la isla, sembrándola de castillos y ciudades fortificadas, quedando la isla integrada en la Corona británica, iniciándose un dominio que perduró durante siete siglos y que estuvo plagado de rebeliones y de duras represiones.

Un fuerte control que se hizo más riguroso tras la ruptura de Enrique VIII con Roma. La negativa de los irlandeses a sustituir su ferviente catolicismo por la nueva Iglesia Anglicana endureció aún más el protectorado inglés.

Los dos siglos siguientes fueron muy duros: en 1650, tras una represión sangrienta, el dictador británico Cromwell entregó el Ulster a los colonos ingleses; en 1690 la derrota de Boyne barrió la última esperanza de los irlandeses de que un rey católico gobernara en Inglaterra; entre 1695 y 1725 las Leyes Penales privaron a los católicos irlandeses de los últimos derechos que les quedaban. Finalmente, en 1800 Irlanda se unió a Inglaterra y se disolvió su Parlamento.

No será hasta el siglo XIX con O’Connell primero y Parnell después cuando las leyes restrictivas contra los católicos se relajen y un nuevo ordenamiento agrario transforme Irlanda en un país de pequeños terratenientes.

Una serie de malas cosechas de la patata y la obligación de exportar sus productos agrícolas y ganaderos a Inglaterra dejó a los irlandeses sin recursos alimenticios, dando lugar a la Gran Hambruna que azotó la isla de 1845 a 1851. Este hecho dio comienzo a la emigración irlandesa a EEUU.

En 1912 el Parlamento de Londres votó la ley para la autonomía administrativa de la isla, pero el inicio de la I Guerra Mundial retrasó su aplicación, lo que suscitó el descontento de los movimientos independentistas («Sinn Fein») que, en 1916, proclamaron la independencia.

El ejército inglés reprimió el levantamiento, pero en 1919 el «Sinn Fein» ganó las elecciones y promovió la lucha armada hasta el Tratado de Londres de 1921, con el que Irlanda obtuvo la independencia como miembro de la Commonwealth.

Veintiséis condados se convirtieron en el Estado Libre de Irlanda, mientras que los seis condados de Irlanda del Norte siguen formando parte del Reino Unido. Se produjo la escisión entre el IRA (Ejército Republicano de Irlanda) liderado por Tom Barry, y los partidarios del acuerdo, encabezados por Michael Collins. Una parte de la población rechazó la división sancionada por el tratado, y entre 1922 y 1923 la guerra civil asoló la isla.

En 1949 se cortaron los últimos vínculos constitucionales con Reino Unido y se proclamó la República de Irlanda, que en 1973 ingresó en la CEE. Actualmente es miembro de la Unión Europea.

6 de diciembre de 1921: El Tratado Angloirlandés


Hoy hemos celebrado en España el  28º aniversario de la Consitución Española, pero otro 6 de diciembre, del año 1921, se firmó un tratado histórico.

A Gran Bretaña le quedaban pocas opciones. Los ingleses estaban aún recuperándose de las horrorosas pérdidas ocasionadas por la recién terminada guerra en Europa y no estaban de humor para embarcarse en otra guerra en Irlanda. De cualquier modo, la presión de los Estados Unidos nunca habría permitido esto. A falta de una solución mejor, los británicos aprobaron la Ley para un Mejor Gobierno de Irlanda. Bajo esta ley, Irlanda quedaría dividida en dos entidades políticas separadas: Irlanda del Sur e Irlanda del Norte, cada una con su propio parlamento: el primero para los 26 condados del sur, y el segundo para 6 de los 9 condados que formaban el Ulster.

Gran Bretaña había reconocido una limitada forma de autogobierno para Irlanda dentro del contexto del Reino Unido. Los republicanos corrieron a recaudar dinero y armas y a entrenar soldados. Pero los irlandeses estaban cansados de tanto sacrificio, horror y muerte. Era el momento de hacer la paz. El 11 de julio de 1921 se firmó una tregua entre ambos bandos. Las negociaciones para terminar con un acuerdo político comenzaron inmediatamente, y la delegación irlandesa, encabezada por Eamon de Valera, Michael Collins y Arthur Griffith, viajó a Londres para trabajar directamente con el gabinete británico.

Estimando que sus artes de líder eran necesarias en Irlanda, de Valera abandonó Londres, dejando claro a sus representantes que ningún acuerdo final debería ser firmado sin haber sido leído, analizado y aprobado previamente el texto por su propia parte y por la de su gobierno en Dublin. El 6 de diciembre de 1921, la partición de Irlanda fue formalizada en un documento conocido como el Tratado Angloirlandés. Firmado en Downing Street tras meses de agotadoras, malhumoradas y a veces tensas conversaciones, reconocía a los 26 condados de Irlanda del Sur el derecho a denominarse el Estado Libre de Irlanda, y el estado constitucional de un dominio de la Comunidad de Naciones Británicas.

Técnicamente, este tratado garantizaba la soberanía al Estado Libre sobre toda Irlanda, incluida Irlanda del Norte, siempre y cuando en el plazo de un mes los seis condados del norte así lo decidieran. Pero optaron por no unirse al Estado Libre de forma casi inmediata. El acto de la partición de la isla fue bastante controvertido, pero no lo fue menos el hecho de que se llegó a conocer que los miembros del parlamento del Estado Libre habían sido obligados a hacer un juramento de fidelidad al rey de Inglaterra. Para los hombres que habían sufrido terribles privaciones y que habían arriesgado sus vidas para liberar su tierra del dominio británico, inclinarse ahora ante el mayor símbolo de opresión fue una herejía. El mismo Collins fue plenamente consciente de lo terriblemente impopular que serían tanto la partición como el juramento. Poco después de firmar el Tratado, dijo que «acababa de firmar su propia sentencia de muerte».

Aparte de estos errores nominales, muchos republicanos estaban en desacuerdo con el hecho de que los delegados irlandeses habían firmado el Tratado sin tener la aprobación final de Dublin. Representando al punto de vista de la mayoría del IRA, de Valera rechazó inmediatamente el Tratado. Un acalorado debate tuvo lugar en el gabinete irlandés sobre si se debía aprobar el Tratado o no, pero cuando se puso a votación, de Valera y su facción perdieron por un único voto. Cuando se sometió a votación en el Dáil también fue aprobado por una escasa minoría de 64 votos a favor y 57 en contra. De Valera dimitió de su cargo. En junio de 1922 el Tratado fue ratificado por los ciudadanos del Estado Libre en sus primeras elecciones generales, pero esta ratificación sólo introdujo una cuña más profunda entre las facciones a favor y las que estaban en contra del Tratado dentro del IRA.

Bram Stoker


Abraham Stoker, más conocido como Bram Stoker, nació en Clontarf (Dublin) en 1847. Fue hijo de Abraham Stoker y de la feminista Charlotte Thornley, los cuales tuvieron siete hijos, de los cuales Bram Stoker fue el tercero. Era una familia burguesa, trabajadora y austera, cuya única fortuna eran los libros y la cultura. Su precaria salud lo obligó a llevar a cabo sus primeros estudios en su hogar con profesores privados, ya que estuvo sus primeros siete años de vida en cama por diferentes enfermedades mientras su madre le contaba historias de fantasmas y misterio que luego le influirían y su padre le practicaba sangrías. Posteriormente, en 1864 estudió en el Trinity College, gracias a la preparación de un profesor particular graduándose en matemáticas y ciencias en 1870. Años después trabajaría como funcionario en el Dublin Castle y como crítico teatral en la publicación «Dublin Evening Mail», incluso realizó varias obras teatrales publicadas en diferentes periódicos.

Sus primeras intervenciones en los relatos de terror los dio en la revista «Shamrock», en donde publicó sus iniciales textos de misterio, como «La Copa de Cristal» en 1872. Casi siempre escribía de noche ya que era un gran noctámbulo. En 1876 abandonó Irlanda para ir a Londres, acompañando al actor Henry Irving, quien lo había contratado como representante y secretario tras leer su crítica de «Hamlet», producción sobre William Shakespeare en la que Irving intervenía. En Inglaterra ambos dirigirían el Lyceum Theatre. Stoker fue un auténtico esclavo de Irving, hacía todo lo que este le pedía y le llevó a los lugares más soterrados de Europa, como en los barrios de prostitutas de París, en donde contrajo la sífilis que después lo mataría. Cuando Irving murió en 1905 no dejó ni un solo chelin a Stoker, pese a poseer una gran fortuna gracias a su dilatada y exitosa carrera como actor teatral. Irving se consideraba un dios y su ego no tenía límites.

En 1878, Stoker se casó con Florence Balcombe, una antigua novia de su amigo Oscar Wilde, con la que tuvo un hijo, llamado Noel. En 1890 publica su primer libro, «Las obligaciones de los escribanos en los Tribunales de Primera Instancia de Irlanda» (1879), al que seguirían otros como «El desfiladero de la serpiente» (1890), «Crooked Sands» (1894), «Miss Betty» (1898), «La joya de las siete estrellas» (1903), «La Dama del Sudario» (1909) o «La madriguera del gusano blanco» (1911).

Pero la creación literaria más reconocida la cual realzó los matices del vampirismo, así como pasó a ser una obra literaria transmitida a través de los años, fue la creación del vampiro «Drácula» (1897), historia ficticia basada, según algunas fuentes, en el personaje real de Vlad Tepes también llamado el “empalador”. Para esta novela se sirvió de los conocimientos de un erudito orientalista húngaro llamado Vámbery con el cual se reuniría varias veces para que le contara las peripecias del Príncipe de Valaquia y de libros como el de Emily Gerard, «Informe sobre los principados de Valaquia». Se inspiró en Irving y en Franz Liszt para reflejar el aspecto del Conde. Refleja la lucha entre el Bien y el Mal. Óscar Wilde la definió como la obra de terror mejor escrita de todos los tiempos, además de recibir elogios de, entre otros, Arthur Conan Doyle. Stoker concibió la obra cuando, a raíz de una indigestión de cangrejo, tuvo alucinaciones de una especie de rey de los vampiros que salía de su tumba en busca de sangre. Actualmente es la tercera obra en lengua inglesa más leída en todo el mundo, después de la Biblia y Shakespeare.

Bram Stoker fallecería en Londres a causa de la sífilis en 1912, a los 64 años. Murió en una humilde y pestilente pensión de Londres y en sus últimos minutos de vida no paraba de señalar a una esquina de su habitación mientras una y otra vez pronunciaba: «Strigoi«, palabra que en rumano significa vampiro, el ser que tanto había investigado y perseguido para su obra Drácula.